Entradas

EL POEMA "VELAS", DE CONSTANTINO KAVAFIS

  Artículo publicado en  El Celemín  (revista de vida y cultura de Torrecampo [Córdoba]   ), nº 31, agosto 2023. Los días del futuro están delante de nosotros como una hilera de velas encendidas ⸺ velas doradas, cálidas, y vivas. Quedan atrás los días ya pasados, una triste línea de velas apagadas; las más cercanas aún despiden humo, velas frías, derretidas, y dobladas. No quiero verlas; sus formas me apenan, y me apena recordar su luz primera. Miro adelante mis velas encendidas. No quiero volverme, para no verlas y temblar, cuán rápido la línea oscura crece, cuán rápido aumentan las velas apagadas. (Versión de Miguel Castillo Didier)      Constantino Kavafis (Alejandría, 1863-1933) murió el 29 de abril, el día de su cumpleaños. A excepción de unas cuantas salidas, residió siempre en Alejandría, donde trabajó como empleado en el Ministerio de Riegos , oficio que poco le atraía; sin embargo, estaba considerado como un trabajador eficiente y responsable. Llevó una

SOLILOQUIO CON ECO EN MAR OSCURO

          El exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose          las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro,          dispuesto a aprovechar las oportunidades a su                alcance.                                                         Isabel Allende     Sí, vaciados de fuera, propietarios de nada que no sea la miseria; mas de tribulación, anegados por dentro. El silencio nos come poco a poco en el caparazón de esta tortuga, que va horadando muros de tiniebla que ha construido la noche. Caparazón de cuellos, flexibles, de latidos como golpes de mazo. El destino, lejano e inseguro. Hay que padecer hambre para ofrecerse como fácil presa sobre un abismo hambriento. Hay que estar desvalido para huir con desgarros de amor. Escuchen el lamento, ayuden a quemar estos ignominiosos cascarones, y que calienten nuestras frías almas. Aprenderemos todos a sentirnos personas. «Y no podrán vivir los reyezuelos sin sus dientes de

CIUDAD

                          Sibilino silencio va desnudando calles en compacta intimidad, desvanecida entonces la constante amalgama de sonidos, la percusión monótona del trote de caballos sobre el tambor inmenso, en lejanía, de misteriosas pampas. Desperezadas las aceras, muestran con claridad sus dimensiones, libres de inquietos peatones que pasaban con las bridas en mano. Soñolientas persianas sus párpados distienden, mientras rígidas farolas —militarmente en hilera— compiten con la luna.   En los oscuros cercos, ya se presiente la punzante espuela del nuevo amanecer. ( Y de los abrojos pájaros de luz)

EN RECUERDO DE ANTONIO ROMERO

                       El 21 de diciembre nos dejó Antonio Romero Márquez (Montilla 1936- Málaga 2022), poeta de una gran trayectoria poética y a quien en este blog le dediqué varios artículos (entradas: “Con palabras que son de vuestras bocas”, “Comentario a Málaga clara ”). No se exhibió en cenáculos académicos, sino que llevó su quehacer poético a su manera. Se relacionó en Málaga con el poeta de la generación del 27 Jorge Guillén, reconociéndolo como único maestro, y con Bernabé Fernández-Canivell, «amigo y protector de poetas».   En su poesía aflora esencialmente un yo poético dolorido, enfrentado a un mundo que le es adverso. Un yo poético atormentado en un laberinto interior que no tiene salida, y surgen sus dudas de raíz existencial sobre la muerte, el más allá, el sentido de la vida…   No descansa su búsqueda manteniendo siempre la esperanza de vislumbrar algo de luz. Poeta, en definitiva, de vasta cultura, perfeccionista del verso, que emplea preferentemente la métrica

ESQUELA MORTUORIA

                                            Al final del camino me dirán:                               — ¿Has vivido? ¿Has amado?                             Y yo, sin decir nada,                             abriré el corazón lleno de nombres                                                                           Pedro Casaldáliga Qué gozo declinar tatuado el corazón con tantos nombres. Firmamento de estrellas. Resplandeciente nave en mar crispado, sin distinguir bandera, sin amarras de ombligo que la fijen a tierra.   Agua y agua… Se alcanza pronto el puerto. Allí te esperan con tu carga, amigo, corazón de faquir sobre las ascuas del amor sin notar los alfileres. ( Y entre los abrojos pájaros de luz, Manuel Aguilera)

LA VOZ POÉTICA EN "ÍNTIMO LABERINTO"

  Llama la atención en Íntimo laberinto , de Fernando Prior ⸺compañero de infancia y adolescencia, y siempre amigo⸺ el yo poético tan intenso que lo vertebra y que responde, prácticamente en su totalidad, a la biografía del autor. Así sucede también, por poner un ejemplo, con la poesía de Luis Cernuda. En ella, la relación yo poético / autor es tan estrecha que se puede calificar de autobiografía poética. Sin embargo, otro tipo de poesía no guarda esa íntima relación, y las vivencias expresadas por el yo poético no corresponden exactamente a las del autor. Se trata de un yo poético dilatado en el que toman realidad ilusiones, deseos u otras opciones del autor que no llegaron a realizarse; es decir, todo aquello que pudo ser su vivencia y no lo fue. Así, el yo poético de Pessoa se agranda, y afirma: «El poeta es un fingidor. / Finge tan completamente / Que hasta finge que es dolor / El dolor que de veras siente». Diversa es la temática del poemario (naturaleza, amor, soledad, fami

MARCOS DE OBREGÓN POR LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

  Artículo publicado en  El Celemín (revista de vida y cultura de Torrecampo [Córdoba]   ), nº 30, agosto 2022. Las Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón (1618) es la única novela que escribió el rondeño Vicente Espinel (1550-1624), muy estimada en su tiempo y que plantea bastantes problemas en cuanto a su inclusión en el género picaresco. El protagonista relata su vida como personaje dual (Marcos-Espinel), un hibridismo — mezcla de biografía y ficción — que ha sido bien estudiado por G. Haley [1] . Relata cómo, en su etapa de pubertad o apenas salido de ella, decide salir de Ronda para estudiar en la universidad de Salamanca, iniciándose su primera salida. Llega a Córdoba, sin mencionar para nada el trayecto recorrido. Dedica el tiempo, por la mañana temprano, a oír música en la « Iglesia mayor » . Después, durante el almuerzo en el Mesón del Potro, un pícaro se aprovecha de él comiendo a su costa. Allí, en la ciudad, permanece quince días, según afirma en su exposi