IN MEMORIAM

 Sí, las recibí de niño

las primeras lecciones

del cosmos con los ojos

fijos en un firmamento

de titilantes juguetes.

«¡Mira esa estrella cómo brilla!

Y aquélla… ¡Mira…!».

No había preguntas,

sino afirmación gozosa

de lo inmenso en su misterio.

Manos ásperas —acariciando—

me mostraban también

la dureza del campo.


Lección aprendida,

sin saberlo, de un libro

sin páginas, sin maestro

oficial, en escuela

sin paredes, sin niños,

en horario nocturno,

en silencio, y absorto.


Han pasado inviernos ya,

padre mío,

de frío intenso y de nieve

que no han enfriado tu recuerdo.


(Entre luces, sombras y ecos de ausencias, ed. Vértice, 2011)

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