TUYO

Todo recupera su prestancia,

las flores del jarrón, oprimidas,

los asientos, fríos de espera,

los muebles, extraños en su entorno,

cuando llamas con tu forma peculiar

golpeando la puerta con los nudillos.

Y me reconozco

en el timbre de mi voz,

el del apasionado «te quiero»

de todas las mañanas.

En el calor de mis brazos,

el mismo que siempre te acoge.

Me reconozco en ti, sábelo,

con tan solo tu presencia.

 

En mí has conseguido una parcela.

Ya te pertenezco tanto

como para sentirme en minoría

si discuto contigo.

Poca porción me dejas,

mas cuánto me engrandece.

Agrándame hasta el fin siendo todo tuyo.


(Notas de arpa en vuelo, Perea Ediciones, 2018)

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